lunes, 24 de noviembre de 2008

ILUSIONES

-Las palabras son muy innecesarias, ellas sólo pueden lastimar-
Si hay algo que aprendí en esta etapa es a no ilusionarme, a no crearme ilusines, a tratar de no dejarme arrastrar por esa nube de pensamientos que son capaces de dejarte en la Luna de Valencia con la cabeza en otra parte y media embobada. Aunque esto último es casi imposible y a todas nos pasa imaginarnos en situaciones que nos encantaría vivir, que nos hacen sacar una sonrisa de la nada y volar, en cualquier momento, imaginarnos con esa o esas personas que extrañamos, esas personas especiales, en una situación agradable y, por qué no, íntima. ¿Y esta bien esto? ésa es la pregunta. ¿Está bien imaginar, volar, ilusionarnos, y que cuando llegue un momento parecido, que se presenta oportuno para que esa ilusión se haga realidad, al final no resulte placentero, o gran cosa, o capaz que no lo sabemos afrontar y termina siendo una desilusión? Pongamos un ejemplo, a ver. Estás en tu pieza, sola, no hay nada para ver en la TV, no te interesa estar en la computadora, no tenés sueño, los libros que tenés ya los leíste. Parece que la mejor opción es tirarse boca arriba en el mejor mueble de la casa (dígase cama) con la mirada perdida en el techo, en una posición cómoda. Que nada trabaje, excepto la mente. Ese cerebrito que muchas veces nos hizo tomar decisiones arriesgadas, o nos hizo decir una mentirita piadosa, o hizo que se nos escapara una respuesta sin pensar de la cabeza. Bueno, esta vez cerebrito, vamos a pensar. Vamos a crear una situación que nos gustaría estar viviendo o vivir en un futuro (lo más cercano posible, por favor). Cualquier ámbito estaría bueno para que transcurriera esta mini historia, cualquier momento del día, vos estás vestida con ese conjunto de ropa que tanto te gusta y decís que es el perfecto para esa ocasión. Puede hacer frío, calor, estar nublado o que haya un sol impresionante, eso lo decide cada uno. ¿Quién te acompaña? ¿O quiénes? Amigas, amigos, el chico que te gusta, tu ex, tu perro o tu gato o tu tortuga, o podés estar sola (¿a quién no le gusta caminar por la playa con el agua rozándote los talones, bien temprano, acompañada nada más que del viento del mar y el ruido de las olas?). Y así la mente empieza a crear un corto que no dura más de 5 o 10 minutos, empieza a crear diálogos que seguramente te hacen reír (y te harían reir más si esa situación transcurriese en vivo y en directo, y la protagonista obviamente fueras vos y no esa persona que se podría considerar tu "enemiga" o tu "contra", esa persona a la que parece que nada le sale mal y tiene todo de su lado para encarar la vida lo más segura posible), y mientras te los imaginás practicás una sonrisa que no podés ver en el espejo porque estás en tu cama, así que pensás que es tu mejor sonrisa y la otra persona también se ríe, ambos pasan un buen momento y parece el día propicio para que pase eso que tanto esperabas. ¿Quién nunca se hizo la telenovela del beso perfecto? Por favor, seamos sinceros. EN el momento perfecto, lugar perfecto, fecha y hora perfecta, y con la persona perfecta. ¿Es mucho pedir? Parece que sí.
Y capaz que después de haberte creado toda esta ilusión de unos minutos, sientas un "toc, toc" y es la realidad que viene a golpearte las paredes de esa ilusa cabecita y te dice "hola, no te olvides que es una ilusión". No te olvides que lo estás imaginando todo, y por más que te lo imagines ochenta mil veces, no vas a hacer que pase en realidad. Te ponés a pensar en que esa situación sería poco posible porque siempre hay alguien de por medio, analisás que a esa persona hace mucho que no la ves, te das cuenta que si la vida fuera el sueño de cada uno seríamos todos felices. Entonces las sonrisas que hacías antes te parecen idiotas (¿le estabas sonriendo al techo?), mirás a otro punto que no sea el techo de tu pieza y pensás, ahora con cara melancólica, en que por ahí te falta la personalidad o el carácter más fuerte para hacer cambiar de rumbo a tu vida y decir "si quiero que pase, esto va a pasar". Pero esa fuerza te falta, o no tenés la voluntad, preferís rendirte y dejar que el tiempo pase y ver qué pasa en el transcurso de los días. O meses.
Bueno, empezás a vivir la realidad tal cual es y ¡zas! Oportunidad en el horizonte. Puede ser una fiesta, o un juntazo, o un feriado en donde todo el mundo va a la plaza y sabés que ahí lo ves. Aunque sea lo saludás, o un mini abracito, y eso te deja contenta y salda ese tiempo que estuviste sin verlo como si nada importase. Pero pasa tal cosa, una situación ajena a todo lo tuyo, eso que te desploma el mundo cuando te enterás que "no vas a poder ir al lugar donde va esa persona que viste más en tus sueños que personalmente". Y te dan ganas de romper todo, de olvidarte de esa persona, de darle unas cuantas trompadas a la sociedad que no te permitió hacer realidad un sinónimo de tu ilusión. Y la desilusión (esa amiga que aparece siempre para hacernos llorar o recapacitar profundamente) te abre los ojos y volvés a pensar. "Basta, me rindo. Esto no va a pasar más. A partir de ahora borrón y cuenta nueva". Pero más tarde te das cuenta que eso no se puede, por más que quieras y trates.
¿Conclusión? A mi parecer, NO te hagas ilusiones. Está bien de vez en cuando una pequeña esperanza que florezca en tu cabecita, pero no una ilusión super sport que te lleve a otro planeta y te tenga ensimismada en otra galaxia. No querida, viví la realidad, esta cruda realidad que muchas veces nos sorprende muy de repente y la única reacción que tenemos es "que se pudra todo, váyanse todos al carajo y déjenme en paz. Todo me sale mal a mí, parece a propósito". Es mejor dejar que el tiempo pase, pero que no nos atropelle. Ir conviviendo con el tiempo y tampoco llevarnos la vida por delante como si nada nos importara. Si hay una oportunidad, NO DUDES! actuá ahora y arrepentite después, pero no te quedes con las ganas que el arrepentimiento de no haber aprovechado la situación es mucho peor que después arrepentirte por haberlo hecho. Si te tiraste a la pileta y estaba vacía, mala suerte. Subite de nuevo y tirate otra vez. Algún día, va a estar llena. Y ese día, cuando menos te lo esperes, esa ilusión va a pisar a la realidad y se te va a dar. Y te aseguro que ese día va a ser mucho mejor que aquel pensamiento que duraba 5 o 10 minutos, aunque en vivo y en directo dure mucho menos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ay abiii, mas verdad imposible eso qe pusiste u.u dsfofh la chotedad de la vida es eso:) jajaja Te amo abilin de mi alma(L